Cuando fundaron las aldeas, se levantaron grandes cruces de madera que en cada una pende un pequeño crucifijo bendecido, encargado de decirle al transeúnte que la aldea era cristiana y que sus pobladores eran gente de paz, con fe y esperanza en Dios.
Se acostumbraba a oficiar una santa misa en la capilla o la iglesia de la localidad, llamada “misa rogativa”. Algunas veces antes de la misa o una vez finalizada, se realizaba una procesión, precedida por el sacerdote y los monaguillos, se partía de la iglesia durante las tres mañanas siguientes a la conmemoración del Día de los Fieles Difuntos, o sea, el 2 de noviembre, para dirigirse a una de las cruces, en tres jornadas sucesivas, para celebrar una ceremonia religiosa en acción de gracias por los dones recibidos durante el año fenecido y solicitar que la próxima cosecha sea buena y que Dios prosiga bendiciendo a la comunidad con su gracia divina.
Fuente: Julio César Melchior
Ermita Jesús Misericordioso
Localizada en el ingreso al Cementerio Parroquial, dicha Ermita se encuentra en este lugar hace varios años, la misma es lugar de adoración de los devotos de Jesús Misericordioso. Una de las primeras propulsoras fue Ofelia Apolonia Rothammel, quien trajo la primera imagen ubicándola en el lugar.
Ante el pedido de colaboración de vecinos para la restauración de la Ermita, la Gestión Municipal, con autorización del párroco Daniel M. Silguero, decidió en el año 2021 el reemplazo total de la existente, ya que se encontraba en mal estado. Los planos de construcción fueron confeccionados por la arquitecta Rocío Senger, la mano de obra estuvo a cargo de la secretaría de Obras Públicas, perteneciente al municipio de Aldea María Luisa, y la obra del Jesús Misericordioso fue realizada por el escultor chajariense Héctor Zucco, en hierro y cemento, inspirada en la Estatua del Jesús de la Misericordia que se encuentra en el Santuario Nacional en Stockbridge, Massachusetts.